El autocuidado es la capacidad de desarrollar conductas que promuevan su salud física y mental y que se traduzcan en mayor energía y recursos para ejercer tareas como la crianza, entendiendo que los adultos, padres y tutores requieren “estar bien para educar bien”.
Si entendemos que para que los niños estén bien, necesitamos empezar estando nosotros bien, entonces será más fácil alcanzar los objetivos planteados en la crianza de los mismos, en especial considerando la crianza como un proceso a largo plazo.
De esta manera la crianza positiva apunta a la necesidad de que los adultos podamos contar con solidez emocional, que viene determinada por los siguientes elementos:
- Pautas de autocuidado sistemáticas por parte del adulto. Sólo si el adulto es capaz de gestionar las emociones que la conducta del niño le genera podrá afrontarla desde el enfoque de la disciplina positiva.
- Concienciarnos sobre nuestra propia historia, entender que la forma en la que hemos sido criados no siempre fue la mejor, en especial si esta incluyó vivencias de malos tratos.
- Contar con una red de personas, familias o amigos que puedan asumir las responsabilidades de cuidado de los niños en momentos determinados, personas que nos puedan sostener cuando estamos cansados.
- Aprender a expresar nuestras emociones: cuando callamos nuestras emociones se vuelven más difíciles de gestionar en una manera saludable.
- Cuidar de nuestra salud física y mental.
- Realizar actividades que podamos disfrutar, comer tu comida preferida, compartir con amigos, entre otros.
- Buscar ayuda cuando sintamos que estamos sobrepasados, en ocasiones es necesario buscar el soporte de profesionales expertos en el manejo de la conducta.
En ocasiones el autocuidado puede generar sentimientos de culpa, al percibirse como una práctica “egoísta”. Sin embargo, en la medida en que como adultos proveemos cuidado adecuado para nosotros, lograremos ofrecer atención y afecto en mayor y mejor calidad hacia nuestros hijos. De igual manera, en la medida en que estemos agotados física o emocionalmente, nos encontraremos indispuestos a ofrecer a nuestros hijos las atenciones y el entorno afectivo adecuado, con todos los recursos emocionales que conlleva una crianza respetuosa y libre de malos tratos.
Por: Raquel Santos
Asesora de Programas
Aldeas Infantiles SOS República Dominicana
Referencias bibliográficas
- Josefa Horno, (2016) Guía de disciplina positiva afecto, límites y consciencia. América Latina y el caribe. Aldeas Infantiles SOS.
- Nuria Ortega, Educar para el futuro, 2015. http://www.educarparaelfuturo.com/como-educar-con-carino-y-firmeza/
- Jane Nelsen y Lynn Lott, Disciplina Positiva para Adolescentes.